Una persona vino a la clínica donde yo estaba esperando mi turno para ser atendido y el para realizarse una curación de una herida que tenía en una de sus manos. Tenía bastante prisa, y mientras le realizaban su curación le pregunté qué era eso tan urgente que tenía que hacer. Me dijo que tenía que ir a una casa de reposo para desayunar con su novia que estaba allí. Me contó que llevaba algún tiempo en ese lugar y que había sufrido un accidente automovilístico y había perdido la memoria. Mientras terminaban de vendar su herida, le pregunté si ella se enojaría en caso de que él llegara tarde esa mañana.
-No, me dijo. Ella ya no sabe quién soy. Hace ya casi 2 años que no me reconoce.
Entonces le pregunté extrañado.
-Y si ya no sabe quién es usted, ¿por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas?Me sonrió y dándome una palmadita en la espalda me dijo: -”Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella”.
Tuve que contenerme las lágrimas mientras salía y pensé: -”Esa es la clase de amor que quiero para mi vida. El verdadero amor no se reduce a lo físico ni a lo romántico. El verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya no es…”
lunes, 10 de enero de 2011
Amor
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me recordo un poco a la historia de Hachiko, es muy lindo el cuento, me gusta este tipo de historias :$
ResponderEliminarRealmente es parecida a la de Hachiko, la encontré genial n.n
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